sábado, 13 de diciembre de 2014

La documentación científica: las revistas científicas


Tras este descanso de dos semanas, hola de nuevo a todos.

La sesión de ayer me pareció realmente interesante y una gran oportunidad para conocer "cara a cara" a las revistas científicas, de las cuales, hasta ayer yo solo tenía su imagen web. 

Dentro de las revistas relacionadas con las ciencias de la salud, lo primero que me sorprendió fue su tamaño, mucho mayor de lo que me hubiese esperado. Cuando pienso en el concepto "revista" me viene a la mente la típica revista de kiosco, mientras que las revistas científicas parecen auténticos libros. Otra cosa que me llamó mucho la atención fue que una de las revistas que cogí contenía publicidad, de empresas relacionadas con el mundo de la investigación, pero aún así fue algo que me sorprendió mucho, sobretodo en relación con uno de los temas tratados durante la sesión, el económico: si las revistas ya obtienen beneficios de la publicidad, ¿hasta qué punto es comprensible los astronómicos precios que cobran bien al lector, bien al que publica?. Aunque como ya quedó demostrado ayer, eso es tema para otra entrada en exclusiva. Y lo último que me resultó muy curioso es que no fui capaz de encontrar revistas físicas relacionadas con la biología posteriores a 2005, y las que cogí en la propia portada ya adelantaban que en la revista on-line había material extra no incluido en la edición impresa. Esto nos da una pista de cómo ha sido la evolución del papel a la pantalla del ordenador dentro de las revistas científicas del área de ciencias de la salud. 

A parte de esas tres características, el resto era bastante similar a como yo lo había imaginado leyendo previamente artículos científicos. Los artículos tienen una extensión media de 10 páginas, la presentación del contenido es en dos columnas, siempre en inglés, todos los artículos primarios se ciñen al método IMRAD en su estructura interna, contienen abundantes tablas, gráficos y figuras, cada artículo suele tener una media de 40 referencias cuyo formato se ajusta al definido por cada revista, aunque la inmensa mayoría son formato Vancouver o similar,  con ligeras variaciones (por si alguien no lo conoce y le interesa saber cómo es, aquí dejo este enlace: Estilo Vancouver). 

Al margen de esa toma de contacto con la revista física, una de las cosas más interesantes de la sesión fue poder comparar las revistas científicas de nuestro propio ámbito con las de otras ramas de la ciencia.
Por lo que pude comprobar, las revistas de ingeniería (que es una rama más próxima a la biología) siguen un esquema casi idéntico, aunque en ellas podemos encontrar muchísimas ecuaciones propias de la disciplina. 

Mi mayor sorpresa fue ver la diferencias con las revistas de los ámbitos de ciencias sociales. Ya externamente hay diferencias entre ellas: mientras que las revistas de las llamadas "ciencias duras" tienen el tamaño de un cuaderno grande, todas las revistas que vi de ciencias sociales tenían el tamaño más compacto, como el de un libro de bolsillo. También había revistas físicas mucho más actuales, incluso del 2014, mientras que de biología y de ingeniería fue imposible encontrar revistas de los últimos 10 años. Además se nota que en nuestro país estas ciencias tienen más peso y están más desarrolladas que las llamadas "ciencias duras", porque hay muchas revistas de ámbito nacional y escritas en castellano, cosa impensable si te dedicas a la investigación biomédica (lo más cercano a España que puedes aspirar a publicar es en alguna revista europea, ya que las revistas españolas de biomedicina son más divulgativas que otra cosa). Y al abrirlas encontré todo un mundo nuevo dentro de la literatura científica.

En las revistas de sociología, los artículos sí que siguen el método IMRAD, aunque el formato del texto es a página completa, no en dos columnas, todos los artículos estaban escritos en castellano, el apartado de metodología debe comprender tanto la metodología cuantitativa como la cualitativa, el número de elementos diferentes de texto plano es menor que en las revistas de ciencia de la salud o ingeniería (la mayoría son tablas o gráficas relacionadas con la estadística de los datos)... Aunque quizá lo que más me sorprendió fue la existencia de abundantes notas a pie de página (cosa que yo a día de hoy no he visto en ningún artículo del área de ciencias de la salud). 

Y probablemente las más distintas de todas eran las revistas de ciencias jurídicas. Estas revistas sí que parecen más un libro estructurado en capítulos. Los artículos tienen una extensión media de 30 páginas, de nuevo el formato del texto es a página completa, no en dos columnas, también escritos en castellano (a excepción de algunos abstracts en inglés), el formato de cada artículo es totalmente libre, no siguen el método IMRAD, muchos artículos no incluyen conclusiones finales ni un resumen inicial, y tampoco fuimos capaces de encontrar tablas o figuras en las cuatro revistas que consultamos. De nuevo aquí aparecen abundantes notas a pie de página, mucho más extensas que las de las revistas de sociología. 

La conclusión a la que yo llegué en la sesión de ayer es la misma que ya venía elaborando en semanas anteriores: dentro de la ciencia no existe una receta universal en ningún área. No hay un método científico único y por tanto no puede existir un método único de comunicar los resultados científicos. Cada disciplina científica debe buscar sus propios y más adecuados caminos para elaborar y comunicar ciencia. 

Un saludo a todos,

Sonia.

PD: muchas gracias a mis compañeros por darme la oportunidad de conocer todas estas cosas nuevas. 

2 comentarios:

  1. Muy interesante resumen del tema de las revistas. Espero que la parte final, la de los gestores de referencias, agregadores de feeds y alertas te resultara interesante... o no, si es que lo conocías. En todo caso son herramientas potentes que merece la pena utilizar.

    ResponderEliminar