sábado, 7 de febrero de 2015

Científico de profesión... ¿navegante a la deriva o cerebro fugado?


Hola de nuevo a todos,

El tema de esta última tarea (la carrera de científico y la que hay más allá de la tesis) me ha parecido muy interesante y sobretodo muy útil para que tomemos contacto con la realidad... o mejor dicho con la dura realidad, porque seamos sinceros... las perspectivas de futuro se ven muy muy oscuras. 

Mientras estás realizando la tesis estás muy centrado, absorto en la cantidad de trabajo, y sólo hacia el último año empiezas a plantearte de forma seria lo que vendrá después. Por eso, este ejercicio de meditación me parece muy importante y necesario; y, en mi opinión, debería ser obligatorio antes de comenzar con la tesis porque muchos tenemos una idea "romántica" o "bucólica" de lo que será la carrera de científico y la realidad está más próxima a un thriller de suspense o incluso a una película de terror. 

Porque después de leer el material propuesto me ha quedado claro que si alguien a partir de ahora me dice que se va a dedicar a la carrera de científico, lo primero que haré será preguntarle si va a estar en el grupo de navegantes a la deriva o de cerebros fugados... porque la otra alternativa es el abandono, y es todavía muy pronto para tirar la toalla. 

Ya durante la carrera los profesores intentan mentalizarte de que si te quieres dedicar a esto de la investigación tendrás que "salir fuera" (eufemismo para suavizar el "abandonar tu país e irte al extranjero") y desde tu mente todavía semi-adolescente esto te parece apasionante y la idea de ver mundo te entusiasma... lo que nadie te dice abiertamente es que probablemente una vez que te vayas te sea casi imposible regresar. Pero claro, si no te vas sólo te queda empezar a "pulular" de sitio en sitio o mejor dicho, de solicitud de beca en solicitud de beca, sin la más mínima esperanza de que alguien te lance un salvavidas (osea, un contrato de trabajo medio decente) y te rescate de estar flotando a la deriva en una tabla.  

Las personas que vamos a obtener un doctorado hemos recorrido un largo camino, cinco años de carrera, uno de máster, ahora tres de doctorado y estamos muy preparados académicamente, llenos de entusiasmo, de ideas; sin embargo lo más probable es que nos encontremos con que en el sistema español actual no hay sitio para nosotros. El sistema está saturado: con todos los recortes de los últimos años, con las universidades con más profesores de los que realmente necesita, las Administraciones públicas metiendo las tijeras para recortar personal, y el sector privado fantasma que prefiere un licenciado a quien formar en su propia empresa que a un doctorado.... las salidas son muy escasas. 

Después de todo lo que el país (y los ciudadanos con sus impuestos) ha invertido en nosotros, prácticamente nos ponen el pasaporte y el billete de avión en la mano junto con el título de doctor. He entrado en mi cuenta de Research Gate y he mirado por curiosidad el apartado de trabajos ofertados y lo que me he encontrado es que de los 75 puestos de trabajo (tanto en universidades como en empresas) sólo 1 era de España, un puesto postdoc en biotecnología en la Universidad Carlos III de Madrid. De esas 75 ofertas, 19 eran para Alemania, 14 para EEUU, 10 para Reino Unido, 9 para Francia, otras 9 para Suecia... En palabras de J. M. Sánchez Ron, "Ahora, exportamos personas en cuya formación España ha gastado cuantiosas sumas y puesto esperanzas: la esperanza de un futuro mejor y más próspero".

Es cierto que esas estancias en el extranjero son sumamente enriquecedoras y ayudan al intercambio de ideas y conocimientos, y que todo científico que se precie debería pasar un tiempo fuera. Pero también es cierto que esa elección debería poder ser eso, una elección y no una necesidad. La mayoría de los jóvenes mejor preparados de este país acaban en el paro o contribuyendo permanentemente al desarrollo de otros países. Parece una incongruencia que España quiera ponerse al día en lo que a I+D se refiere y luego deje escapar a sus jóvenes mejor formados, a los que realmente podrían hacer algo importante por el desarrollo científico-tecnológico de este país. Porque no nos engañemos, las ideas verdaderamente revolucionarias surgen en la juventud, en un pequeño margen de tiempo en el que el potencial genio tiene suficiente formación pero ésta aún no se ha asumido tan plenamente que no permite las ideas rompedoras. Las últimas políticas en lo referente a este tema se han esforzado por traer de vuelta a investigadores españoles de elevado prestigio, con muchas publicaciones importantes, y lo que esto conlleva, una edad relativamente avanzada. Sin embargo, esos brillantes investigadores ya han aportado lo mejor de su producción en otros lugares, sus ideas más innovadoras ya han quedado atrás, porque como dijo James Watson, "hasta los científicos maduros que aún conservan todas sus luces suelen empeñarse en poner más ladrillos sobre una construcción que ya tiene suficientes estancias". En España es casi imposible encontrar en los altos puestos de dirección científica a personas jóvenes; rara vez, se nos da la oportunidad de destacar, no se nos proporciona ni la autonomía, ni la responsabilidad, ni los medios necesarios para que los verdaderamente brillantes den rienda suelta a su potencial. Y en este escenario las mentes brillantes se diluyen y se pierden en el mar de la normalidad. 

Los jóvenes no se van por egoísmo, por ganar más dinero, tener más prestigio... La llamada fuga de cerebros es una imposición de la situación actual, una obligación para el joven postdoc si quiere tener la oportunidad de desarrollar sus ideas en lugares con los medios adecuados y en unas condiciones de vida dignas (no hablamos de riqueza, hablamos de dignidad económica) y relativamente estables.

Porque ese es el otro gran lastre de la carrera del científico, la estabilidad. Es casi imposible si te quedas en España encontrar un puesto fijo de trabajo que te permita dar continuidad a tus estudios. El sistema público, paralizado por la falta de dinero y la endogamia, no tiene sitio para los jóvenes investigadores; y el sector privado casi no existe. Lo cual obliga a los nuevos postdoc a pedir becas cada vez menos numerosas y peor remuneradas, e ir saltando de investigación en investigación, de centro en centro... Esta interminable carrera de obstáculos acaba por volver loco a cualquiera y es tremendamente descorazonador: ¿para qué vas a volcarte con una investigación que deberás abandonar después de dos años?. Estamos matando el espíritu científico poco a poco, desanimando a los que ya son científicos hasta el punto de que muchos abandonan la profesión y desalentando a los nuevos jóvenes a que inicien esta carrera. ¿De qué sirve tanto esfuerzo, tantos años de preparación y sacrificio si luego cuando termines te vas a pasar por lo menos  otros 6 años dando vueltas de un sitio para otro, intranquilo sin saber si después de esta beca te darán otra...? Y si esto ya es duro de por sí, encima está el tema familiar... ¿cómo vas a formar una familia estable si no sabes dónde estarás el próximo año?. Porque según la Federación de Jóvenes Investigadores la edad media en la que se consigue una mínima estabilidad laboral en España ronda los 40 años... Esto es vergonzoso, y no es de extrañar que ante este panorama muchos opten por quedarse en el extranjero y no regresar jamás, o volver y dedicarse a criar tomates ecológicos... 

Puede parecer que en esta situación de crisis actual es casi imposible invertir por mejorar la condición laboral de los jóvenes investigadores... ¿pero realmente esos recortes nos están ahorrando dinero? Puede que ahora a corto plazo parezca un ahorro y una situación inevitable, pero es importante decir que un retroceso en la investigación no podrá compensarse después con años de fuerte inversión cuando la situación económica mejore. La pérdida que este país está sufriendo de jóvenes investigadores requerirá muchos, demasiados años para subsanarse. Estamos perdiendo varias generaciones de jóvenes con ideas brillantes, bien porque se ven forzados a marcharse al extranjero, donde pasan sus años más prósperos de producción intelectual (producción que nunca podrá recuperarse ni con todo el oro del mundo); bien porque su hartazgo y desmotivación por sentirse marginados, poco valorados y en la cuerda floja constante les haya hecho abandonar la carrera directamente; bien por todos esos futuros investigadores que ante el panorama que se vive desisten del intento y se dedican a estudiar otras carreras que dan mejores y más inmediatos frutos, y no te obligan a ir de un lado para otro como si fueses un titiritero. 

Es necesario depurar y sanear el sistema científico español, dejar paso a las nuevas generaciones. No puede ser que cuando alguien consigue una plaza fija en el sistema público de universidades se quede con ella para toda la vida, sin que esa plaza se vuelva a renovar, o por lo menos a evaluar para saber si esa persona sigue siendo la más adecuada para ocupar ese puesto. En otros países realizan evaluaciones cada cinco años del profesorado universitario para ver su producción científica, lo cual obliga a esas personas a mantenerse al día y "no dormirse" ni aferrarse a ideas obsoletas. Esta evaluación y renovación ayudaría también a paliar el problema de la endogamia en la concesión de las plazas universitarias, no puedes aferrarte a un "padrino" si no sabes si seguirá ahí en 5 años.

También es vital para poder revertir esta situación actual que la empresa privada se implique de forma activa en la formación de nuevos doctorandos y en su empleo. 

Y por último, hay que mejorar la información que tiene la gente sobre el doctorado para no seguir fomentando ese desprestigio que ya tiene en cierto modo... No puede ser que la gente no sepa para qué sirve tener un doctorado o que lo equiparen con tener un máster a la hora de hacer un proceso de selección de personal (sobretodo en la empresa privada). Como comenta Aitor Ameztegui en su entrada sobre la utilidad del doctorado, existe un desconocimiento generalizado en la sociedad de lo que es el doctorando, se ve como una continuación de los estudios y los años empleados en la realización de la tesis no se valoran como experiencia profesional. 

En resumen, la situación es poco motivadora y si obtener la tesis nunca ha sido un camino de rosas, lo que viene después parece el Armagedon... Pero esta profesión tiene un punto vocacional con el que pocas profesiones pueden compararse, somos científicos de corazón y además, somos bastante testarudos, porqué negarlo, así que está claro que se intentará y que se luchará por salir adelante, intentando ser optimistas y confiar en que la gente del gobierno comprenda de una vez por todas que sin I+D y sin gente con ideas nuevas y frescas para llevarla a cabo el país dará un paso atrás de 20 años; mientras que los países receptores de todos esos jóvenes investigadores siguen creciendo y avanzando gracias a las contribuciones de la gente que se ha formado en España con el esfuerzo de todos los ciudadanos españoles (y en especial de sus familias, a las que hay que reconocer el enorme mérito y esfuerzo que realizan por ayudar a sus hijos/nietos/sobrinos/maridos/esposas a conseguir su sueño de ser científicos y de poner su granito de arena para este mundo sea un poco mejor). 

Un saludo a todos y sobretodo, muchos ánimos ;)

Sonia M.H.

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